Resumen de Noticias

Con la llegada del covid-19 el mundo cambió para siempre
Sí, esta vez es verdad, llegó el fin del mundo…otra vez
El universo se rige por la entropía y por un abrir y cerrar puertas

El problema no es el aislamiento, el problema es el virus que origina el aislamiento…si no entendemos eso, seremos parte del problema y no de la solución. Quédate en casa… (Haga Click aquí para más información)

Bogotá D.C., abril 13 de 2020. Sala de Redacción de ACCIÓN 13 Noticias. A la mayoría de los 7 mil millones de seres humanos que habitan la superficie del planeta Tierra, les tomó desprevenidos la llegada de un virus de cuya existencia habían oído hablar a mediados de diciembre de 2019 en una ciudad china llamada Wuhan; algo que muy pocos pudieron llegar a creer que en cosa de semanas llegaría a nuestras latitudes y que nuestra valiosa rutina cotidiana, nuestros planes, nuestra realidad, saltarían hechas añicos sin darnos tiempo ni de recoger los pedazos de lo que había sido nuestra vida.



En esta imagen tenemos arriba y a la izquierda, una representación del nuevo coronavirus 2019-nCoV responsable de la pandemia de Covid-19, y también arriba, pero a la derecha, la serpiente Uróboros, la que se traga su propia cola y que simboliza el ciclo eterno de las cosas que termina y vuelve a empezar, y abajo el símbolo del infinito, que curiosamente parece resumir tanto al virus como a la serpiente, para indicar que las cosas no tienen fin, solo se trasforman eternamente. Foto crédito: Composición ACCIÓN 13 Noticias.

Y lo que nadie podía haber imaginado, ocurrió, todo lo vimos en las noticias con la extraña pasividad con que el mundo vio como la Alemania de Hitler engullía uno a uno países a su paso, y lo peor es que nadie pensó, ni en 1939, ni en 2020, que nos llegaría el turno.

Cuando el virus llegó a Italia, un país del primer mundo, desarrollado y con apariencia de tener unas solidas instituciones, y empezamos a ver como si se tratase de una pesadilla, que el número de contagios y de muertos aumentaba con las horas hasta alcanzar en la actualidad los 147.577 casos confirmados de contagio y 18.849 muertes, nos sacudió un poco, pero de todas formas el vórtice de ruido y agitación que nos rodeaba, nos impidió ver lo que estaba pasando. Ni siquiera la vecina España fue capaz de reconocer la gravedad de lo que ocurría en Italia, y cuando se adoptaron las primeras medidas de restricción, muchas personas creyeron que se trataba de un descanso inesperado y se fueron de vacaciones.

Los números comenzaron a dispararse en España y hasta ayer ya marcaban otras cifras alucinantes: 157.022 casos confirmados de contagio y 15.843 muertes a causa del Covid-19.

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Ahora el turno es para Estados Unidos, donde los casos de contagio llegaron a 461,275 y los muertos ascendieron a 16,596. Y en medio de ver las calles desoladas de Nueva York, nosotros aún no hemos podido reconocer que estamos viviendo el Fin del Mundo.

Una afirmación y un titular que hace seis meses atrás ningún medio de comunicación serio y mucho menos ACCIÓN 13 Noticias con nuestro estilo racional, frio y lógico de dar las noticias, podría pensar en escribir pero que hoy, al completar casi un mes de confinamiento en casa resulta una conclusión tan real que no podemos hacer más que reconocer como un hecho y por ende trasmitirlo a nuestros lectores.

El mundo llegó a su fin, o si queremos verlo desde otro punto de vista digamos que estos tiempos que estamos viviendo corresponden a El Fin del Mundo, si…la misma palabra que se colgaban hasta hace no mucho los orates en carteles, solo que no podemos decir “El fin se acerca”, por que la verdad es que El Fin, así con mayúsculas, llegó.

Y no es que estemos ante un fin del mundo religioso, anunciado con trompetas mientras un ejercito de ángeles, querubines, vírgenes, y santos bajan de los cielos armados de espadas flamígeras, nada tan alucinante ha ocurrido, ni ocurrirá. Lo que ha ocurrido es que en medio de la alocada carrera con que vivíamos nuestras vidas…llegó el virus y paró todo en seco.

Fue como si el medallista olímpico de 2016 de salto de longitud, Jeff Henderson, hubiese sido interrumpido en mitad de uno de sus prodigiosos saltos y el publicó que lo miraba hubiese desaparecido en un instante dejándolo en mitad de la competencia, parado, mirando con desconcierto las graderías vacías.

Y es que así nos ocurrió a todos de repente, todos estábamos tan atareados con nuestras vidas, haciendo, como las hormigas que corren sin cesar por la tierra del patio, cosas grandes y pequeñas, cosas propias de hormigas, y repentinamente nuestras oficinas cerraron, las bolsas se silenciaron, los aviones se quedaron en tierra, los barcos echaron anclas y se durmieron.

Y millones de personas en todo el mundo, entramos en confinamiento casi simultáneamente. Afuera es el reino del virus, es su tiempo, el nuestro quedó en el ayer y con él, con nuestro tiempo, terminó el mundo que conocíamos, ese mundo que nos era tan familiar y que nunca creímos que se pausaria, que terminaría.

Nuestro tiempo regresará, volveremos a caminar por las calles, el ruido de nuestros pasos se escuchará otra vez sobre el pavimento, volveremos a aquellos lugares que nos eran tan familiares antes, pero tal vez ya no los reconozcamos.

Los siete mil millones de seres humanos que poblamos la Tierra, estamos esperanzados en que se descubrirá la vacuna y el tiempo del virus terminará y volverá a ser el tiempo de la humanidad, nuestro tiempo…pero eso tal vez no se produzca pronto o, tal vez no como pensamos.

Digamos que la vacuna se descubra en el 2021, que se hagan las pruebas y se considere lista para aplicarse en humanos en agosto de 2021. El problema es que necesitamos 7 mil millones de dosis. Siete mil millones de dosis…ningún laboratorio está en condiciones de fabricar 7 mil millones de dosis de vacunas en un periodo esperanzadoramente corto.

Los primeros lotes de vacunas serán ávidamente comprados por aquellos gobiernos con más dinero y poder para comprarlos y los distribuirán entre el persona esencial, empezando por los dirigentes políticos y militares, siguiendo por el personal médico y de emergencias, policías, bomberos.

Una segunda tanda de vacunas deberá ser distribuida entre la población de más alto riesgo, personas mayores de 60 años y con complicaciones asociadas.

Cuando eso ocurra es muy probable que hayamos alcanzado ya los primeros meses de 2022. Durante ese tiempo, con asesoría de la OMS, la vacuna deberá ser producida en cada uno de los países. El problema es aquellos que no tengan tecnología para fabricarla.

¿Cuánto tiempo se requerirá para que un laboratorio fabrique 50 o 300 millones de dosis para vacunar desde un país como Colombia hasta otro como Estados Unidos?

Eso quiere decir que durante los primeros meses la economía empezará a colapsar, desaparecerán negocios como zapaterías, barberías, consultorios odontológicos, papelerías, fotocopiadoras, todos aquellos que no sean esenciales para afrontar la pandemia y la cuarentena.

Eso, en el escenario de contemplar solo una quiebra económica, no de tener situaciones extremas con grandes cantidades de muertos, como ocurre en Estados Unidos o Ecuador. Si eso llegará a ocurrir los cambios serán mucho más drásticos y dolorosos.

Pero bajo cualquier óptica que se quiera ver, el futuro, por lo menos en los próximos de entre tres a cinco años, será tan distinto del mundo que vivimos antes de la pandemia, que definitivamente no lo reconoceremos.

Como tendremos que convivir con el virus durante un tiempo no establecido aún, nuestra forma de actuar, nuestro comportamiento personal y colectivo, nuestras maneras y costumbres sociales, nuestra cultura misma, tendrá profundos cambios.

Para mencionar algunos cambios, nos acostumbraremos a dejar los zapatos en la entrada al llegar de la calle, y a desinfectarlos, algo que no teníamos pensado hacer antes y que era propio solo de las culturas asiáticas.

Perderemos la costumbre de saludarnos de mano, de abrazarnos, de besarnos, empezaremos a eludir el contacto físico como un instinto de supervivencia. Circularemos menos por las calles ante el avance del teletrabajo, los grandes edificios quedaran vacíos, desde enormes estadios de futbol o catedrales, hasta universidades y colegios. Todo se hará vía Internet.

Los cines cerraran y probablemente desaparezcan y sean definitivamente reemplazados por el Streaming. Igual ocurrirá con los conciertos.

Salas funerarias y floristerías desaparecerán, se perderá la costumbre de asistir a los sepelios y por ende nadie enviará flores a los entierros. También nos quedaremos con la costumbre, adquirida en cuarentena, de cortarnos a nosotros mismos el cabello, de preparar los alimentos en casa, de comprar por Internet.

Los conciertos se harán por Streaming, y el cine y los seriados televisivos tendrán un receso difícil de calcular en cuanto a su duración, esto por cuanto no es posible, ante el riesgo de contagio, reunir un equipo de producción, camarógrafos, sonidistas, electricistas, maquillistas, gente de vestuario, actores, extras, etc., en un mismo sitio…entonces… ¿Cómo rodar una película o una serie de televisión?

Nos inundaran con las repeticiones y las maratones de aquellos éxitos de antes de la pandemia. Tal vez redescubramos las radionovelas porque esas si se pueden grabar con cada actor en su casa, enviar la grabación por Internet, al estudio donde la editen, la combinen con las otras pistas, le pongan los efectos de sonido y las trasmitan por Streaming sin necesidad de reunir un equipo.

Como sea, y ya para abreviar, el mundo que conocíamos llegó a su fin, terminó. Y lo curioso es que eso es algo, no solo previsible, sino totalmente natural y explicado por una simple ecuación: S = k. In Ω…la entropía, teoría que se explica así: “Cuando la energía es degradada, (dijo Ludwig Boltzmann, quién la desarrolló), se debe a que los átomos asumen un estado más desordenado. Y la entropía es un parámetro del desorden: ésa es la concepción profunda que se desprende de la nueva interpretación de Boltzmann. Por extraño que parezca, se puede crear una medida para el desorden; es la probabilidad de un estado particular, definido aquí como el número de formas en que se puede armar a partir de sus átomos”, (Jacob Bronowski. El ascenso del hombre (The Ascent of Man). Bogotá, Fondo Educativo Interamericano, 1979, p. 347, capítulo 10 "Un mundo dentro del mundo").

En palabras más sencillas, desde el big bang, el universo huye del orden y tiende al desorden. En nuestro caso, esa vida que llevábamos, ese correr propio de hormigas que teníamos como rutina, antes de la pandemia, era una forma de orden, y la naturaleza odia el orden…es ahí donde llega el virus para introducir el elemento del caos y hacer que la vida fluya a un nuevo estadio, a un nuevo orden, y eso no es ni brujería, ni magia ni religión, es ciencia.



Foto crédito: Oton Iveković (1869-1939)

La buena noticia es que no es la primera vez que el mundo terminó. En efecto cuando se produjo la caída del imperio romano a manos de los invasores barbaros, cuando la ciudad de los tres nombres, Bizancio, cayó en manos de los turcos otomanos o cuando los españoles llegaron a América, el mundo terminó para los que se encontraban allí, viviendo y corriendo como hormigas, haciendo cosas grandes o pequeñas propias de las hormigas.

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Y el mundo terminó para todos ellos, romanos, bizantinos o los pueblos originarios americanos porque quienes llegaron, los desencadenantes del caos, los agentes de la entropía crearon un nuevo orden y el viejo fue destruido. En este caso, el agente del cambio es el virus.

Y esto significa que debemos adaptarnos al nuevo orden que se está formando…el que no se adapte se extinguirá…es la ley de la naturaleza, se llama evolución. Así, si usted tenía un almacén de calzado y tuvo que cerrarlo y probablemente no pueda abrirlo, vaya pensando en mudarse a Internet y ofrecer su mercancía por catálogo.

Si usted tenía una peluquería, cree su cuenta en YouTube y vía Streaming vaya pensando en impartir clases virtuales para que las personas puedan cortarse el cabello a ellas mismas. Hay maneras de monetizar un canal de YouTube, busque como.

Este es el tiempo del virus, aprovéchelo para hacer lo mismo que las larvas, enciérrese en un capullo para transformarse y así, apresurar el regreso del tiempo del ser humano.

Lo que la historia nos puede enseñar es que una vez que llega El Fin del Mundo, así en mayúsculas, otro nuevo mundo empieza…Un Nuevo Amanecer llegará, así, también con mayúsculas. Así que termine rápido de llorar por el viejo mundo, haga rápido su duelo por todo lo que perdió con el viejo orden, y conviértase usted mismo en dinamizador, en agente de cambio, ayude a construir el nuevo mundo.



Arriba se podrá escuchar los tips del Dr. Cristian Santofimio sobre cómo afrontar la Cuarentena Total. Favor hacer click en el video para escucharlo.

Con información de: https://es.wikipedia.org/, http://diarioecologia.com/, https://caracol.com.co/, https://www.publimetro.co/, https://www.publimetro.co/, https://www.voyagesphotosmanu.com/, https://actualidad.rt.com/, https://www.tuescueladeespanol.es/b, https://www.romaimperial.com/, https://adrianahidalgo.es/, https://www.uv.es/uvweb/master-historia-formacion-mundo-occidental/es/novedades/grandes-invasiones-finales-del-imperio-romano-1285932067018/Novetat.html?id=1285984687069, https://www.artehistoria.com/, http://historia-universal-nathy.blogspot.com/2009/06/grandes-invasiones.html, http://conaldi.edu.co/, http://www.historia-roma.com/, https://www.who.int/, http://www.salute.gov.it/portale/nuovocoronavirus/dettaglioContenutiNuovoCoronavirus.jsp?lingua=italiano&id=5338&area=nuovoCoronavirus&menu=vuoto.

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